Nicky Jam, el artista nacido en Lawrence, Massachusetts, considerado uno de los gestores del reguetón y responsable de éxitos como El perdón, El amante y Hasta el amanecer, protagonizó un emotivo momento durante la entrega de la Beca Prodigio, otorgada por la Fundación Cultural Latin Grammy, al pianista dominicano Leomar Cordero, nacido en La Romana, República Dominicana.
Este importante estímulo se entrega desde hace 9 años, y en cada una de las ediciones, ha contado con el patrocinio de un artista. En esta ocasión, Nicky Jam se unió a la causa y patrocinó la beca, de 185.200 euros, para que Cordero pueda hacer su licenciatura en uno de los centros educativos más importantes del mundo, el Berklee College of Music, ubicado en Boston, Massachusetts.
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Nicky Jam y Leomar Cordero protagonizaron un emotivo momento en la gala, que se llevó a cabo en Miami.
“Para mí no hay nada más gratificante que ayudar y ver la cara de la persona y la sonrisa y la sonrisa de felicidad de la persona cuando los estás ayudando. Eso para mí es muchísimo, eso para mí es lo máximo”, dijo animado el artista, cuando en el escenario protocolizó la entrega del estímulo. En el evento, realizado en Miami, donde se entregaron más de 40 becas, Leomar Cordero interpretó dos temas al piano, Caribe y Nostalgia, pieza de su autoría. El joven talento expresó que desea viajar por todo el mundo llevando su música, la forma ideal en que puede expresar sus sentimientos.
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Nicky Jam se recuperó de una vida de excesos
“Me embarga la alegría al unirme a la Fundación Cultural Latin Grammy para otorgar la Beca al extraordinario pianista Leomar Cordero. Se trata de más que una beca; es una sinfonía de sueños que armonizan con la dedicación. Ser testigo del poder de la música que nos une a todos, ser parte de las vivencias de Leomar, es un honor que no puedo describir”, expresó el artista, quien es un ejemplo de vida, pues a lo largo de su carrera, experimentó la gloria, la caída y el resurgimiento. El músico de 42 años, que nació en Estados Unidos, pero se trasladó luego a Puerto Rico, luego del divorcio de sus padres, vivió desde su infancia momentos difíciles, como su distanciamiento de su mamá y los problemas legales de su papá. Más adelante, ya con una carrera en la música, que ama desde niño, enfrentó problemas de abuso de drogas y alcohol y además estuvo en la cárcel. Nick Rivera Caminero se sobrepuso, buscó rehabilitarse y recuperar su carrera. Con un juicioso trabajo de desintoxicación, el intérprete de Travesuras recuperó su lugar en la esfera musical, y no olvida los momentos amargos, en los que encontró una mano amiga que lo ayudó, así como ahora él lo hace. “Siempre le digo a los artistas que ayudo en la calle: ‘no es lo que yo hice por ti, es lo que tú hiciste con lo que yo hice por ti’”