César Escola, jurado de ‘Yo me llamo’ vino a Colombia a ser papá

El maestro César Escola ha vivido 34 de sus 62 años en Colombia. El músico y productor recibió aquí el regalo más importante: su hijo Martín.

Por Martha Beltrán

26 de agosto de 2023

César Escola, jurado de Yo me llamo, habló para el artículo de portada de la revista Vea sobre su faceta como papá. La llegada de Martín a la vida de Escola fue un bonito proceso, en el que sucedieron muchas cosas. “Creo que el universo, Dios, la vida, me mandaban mensajes. Jamás pensé que iba a ser padre, no estaba en mis planes. Y de pronto empezaron a aparecer señales. Un amigo de Argentina que había adoptado, luego me encuentro con mi amiga Lucía Madriñán, que también estaba en un proceso de adopción, y me entero que solteros en Colombia pueden adoptar”. El momento decisivo llegó con su trabajo, un día que, atendiendo al pedido de un amigo, hizo una nota en Día a día sobre el hospital Materno Infantil, que estaba en riesgo de cerrarse. Se le ocurrió que, para cerrar el reportaje, que giró en torno a los 100 años de la institución y a su plan Canguro, podría tener un bebé en sus brazos. Pidió el permiso y le autorizaron cargar a un recién nacido sietemesino. “En el momento que lo tengo en los brazos, por reflejo, se acurruca. Y la doctora me dice, ‘¿puedes creer que la mamá lo acaba de abandonar?’ En ese momento dije: ‘ya sé lo que tengo que hacer. Le tengo que dar todo esto, lo que uno aprende en la vida, el esfuerzo, las recompensas económicas, de afecto, lo que te han dado tus padres, que es un montón de información afectiva, de valores”. Salió y buscó a la periodista Lucía Madriñán, le contó lo sucedido y le pidió que lo contactara con la fundación Pisingos.

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Cuando el maestro César Escola hizo una nota periodística en el Hospital Materno Infantil, de Bogotá, supo cuál era su misión en Colombia.

Cuando el maestro César Escola hizo una nota periodística en el Hospital Materno Infantil, de Bogotá, supo cuál era su misión en Colombia.

Fotografía por: ARCHIVO REVISTA VEA

En el lugar especializado en adopciones le brindaron la información y le dijeron que el curso para ser adoptante duraba un año y dos meses. “Dije, ‘bueno, en estos 14 meses voy a ver si realmente puedo llegar a ser hábil para ser padre. Cuando entré al curso me encontré a mi amiga Juana Uribe, que empezaba el taller de adopción también. Nos fuimos acompañando y viendo cómo íbamos evolucionando. Casualmente, a los 14 meses de haber empezado el curso, recibo a Martín, de 14 meses”, es decir que cuando Martín llegó a este mundo, su papá comenzó a prepararse para recibirlo. “Él nació para que yo sea papá”.

César Escola: así es su vida como papá de Martín

Como padre, trata de ser exigente, pero eso no quiere decir que, de vez en cuando, ‘se deje ganar fácil’. “A nadie le han dado ese manual de cómo ser padre, y uno repite como a uno lo criaron, y, como los tiempos han cambiado, uno va también modificando cosas. Yo a veces me he encontrado diciéndole cosas a mi hijo en el mismo tono que me lo decían mi papá o mi mamá. Después uno piensa y dice: ‘pero si a mí me daba bronca y no estaba de acuerdo en cómo me decían eso cuando era niño, porque ahora lo estoy diciendo’. Uno modifica, creo que va aprendiendo mientras va educando”. Ha pasado por todas las etapas, y aunque Martín tiene 18 años, “para uno siempre va a ser el bebé de la casa”.

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“La adolescencia no es fácil. Viajábamos mucho, lo digo en pasado, porque con la adolescencia es como que ‘Uy, qué mamera viajar con mi papá’, y yo sé que en algún momento va a volver a ser como antes, porque a mí me pasó con mi viejo. Cuando uno es adolescente tiene muchas emociones; entonces, poco a poco, ahora ya está cambiando nuevamente, y me encanta, porque ellos tienen esa rebeldía, cuando uno los ve actuar están repitiendo lo que yo repetí de mis padres, él lo está repitiendo de las cosas que aprendió de mí. Se fue de viaje, solo, a Perú, a Machu Picchu y yo, muerto del susto y veo que él funcionó perfecto. De a poquito uno se empieza a relajar y se da cuenta que ha hecho las cosas bien”.

Para su hijo tiene un gran consejo para la vida: “A mí me enseñaron a ser bueno. Desde la bondad, todo. Hay que ser bueno en todo sentido, buen amigo, buen familiar. Querer a los amigos, querer a los tíos, a los abuelos. Ser buena persona, ser decente es eso, la vida te devuelve cosas maravillosas por ser buena gente”.

Por Martha Beltrán

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